viernes, 19 de octubre de 2012

Correr es a disipar


Encuentro mi mente,
reviviendo en cada momento,
la palpitante memoria
de la noble aflicción.
Y en cada sentimiento descubierto,
siempre está presente la añoranza de arder.
Cuando por fin llego al preciso instante,
y entro en el trance.
Invoco y sosiego...
Preparando cada parte
de mi sólido elemento,
comienzo a transformarme,
a paso firme pero privado;
relajo y aprieto,
poco a poco voy soltando mi mente.
Ahora se ha escapado,
y voy detrás de ella.
Cada vez mi marcha más apresurada.
comienza a elevar,
ya no soy más de mi propiedad.
Avanzo libre, desbocada...
Alcanzo a sentir el aire golpeando mi semblante ,
pero no logro reconocerlo,
y no consigo atraparlo más.
Tropiezo con mi visión nublada,
que se bate;
arriba, abajo...arriba...
Detrás de mí alejándose,
escucho mis pasos fatigados.
Consigo atrapar mi mente,
y me alejo para siempre;
ahora regresa la voluntad a mí.
Avanzo, no retrocedo,
me elevo,
desprendo y reviento;
toco la meta,
como un bólido;
no ceso,
resisto, persisto,
y me disipo...

Porque correr es a disipar
como acelerar es a volar...

De musica ligera...

Estimado Compañero de trafico de ruta,
Solo queria que supieras que aunque eres un desconocido, me regalaste el mejor momento del dia. En realidad lo hiciste remarcable ¡Y ni si quiera se quien eres! Mi corazoncito latio. Mis labios sonrieron.
Yo subi al camion como de cosumbre, pague el ticket, busque lugar apresuradamente entre los jaloneos del vehiculo que avanzaba, lo encontre y me acomode al lado de la ventanilla. Saco mi libro, comienzo a leer, derrepente el chofer, apaga la luz. Cierro mi libro y se apresura mi mente a pensar. Comienzo a despegar cuando en eso; una voz detras de mi, empieza a cantar. Pienso para mis adentros -que ped...- pero entonces me acuerdo, ¿cuantas veces no he hecho lo mismo? y me da risa. Sonrio. 
Comenzaste con, De musica ligera de Soda Stereo. Creo que por el reflejo te percataste de mi esbozada sonrisa, pues no solo subiste el volumen, si no que ademas me dedicaste dos canciones mas; Coincidir de Silvio Rodriguez y No me pidas ser tu amigo de Fernando Delgadillo. Comence a pensar que era mi imaginacion, pero tu voz que no era nada desafinada, aunque algunas notas no encajaban, me parecio un susurro, como un concierto privado y me deje llevar. Debo de admitir que incluso unas lagrimas estuviste a punto de arrancarme de los ojos y no eran de dolor, eran mas bien como de anhelo. 
En una de las paradas, subio uno de esos cantantes ambulantes con guitarra y empezo a cantar a todo pulmon, tu le seguiste la corriente y coreaste. Yo, Feliz. Que desprendido, que desahogado. Y luego balbuceaste -ay, ya me tengo que bajar...- acto seguido esperaste a terminar la cancion y te paraste. Caminaste al final del camion para marcar tu salida. Cuando de pronto, empieza nuestro socio de ruta a cantar con semejante guitarrazo... De musica ligera...no lo pude evitar, y me gire para ver si ya te habias bajado; ahi estabas, esperando que el camion se detuviera por completo, volteaste me miraste, nos sonreimos, me apene me voltee y bajaste del camion, sin saber siquiera cuan satisfecha me dejabas.
Por eso, gracias...

jueves, 11 de octubre de 2012

Mi vida sin mi


Tomo el tren de la media noche y me alejo por un instante de lo que me rodea. Todo lo dejo, lo único que me acompaña es el boleto que me he asignado y que deberá de recordarme el momento de parar y bajar. Fueron tres días los que te tuve conmigo; hacía ya dos largas primaveras en las que habías partido por tu tenaz búsqueda de un futuro millonario, y ahora que regresaste, me dijiste que tu mente se encontraba llena de dudas acerca de nuestra eterna relación de 13 años. Yo solo pude atinar a preguntarte -¿qué hay que dudar?- tu respuesta -no sé...- Y aunque escondí mis palabras, no pude evitar pensar que al final, la persona con quien compartí tantos instantes invadidos de recuerdos y memorias de las que me alimente durante tanto tiempo de ausencia, ya no regresaba a mí.
                De pronto viene a mi mente el recuerdo fugaz del último invierno que pasamos juntos. Antes de que comenzaras el semestre definitivo de esa larga travesía de la cual me juraste tu regreso. En la oscuridad de mi cuarto; con nuestros corazones al aire y las miradas entrelazadas, nos confesábamos nuestros peores miedos. Tus palabras suaves me dieron la sensación de que tu mente estaba descubriendo algo y te lo contaba en secreto -Tengo miedo de cambiar y no poder encontrar placer en lo que me divierte...-  yo solo escucho, mientras que en el fondo algo me advierte que en esa noche podía estar tropezando con una premonición. La intuición muy pronto se convertiría en un temblor que cambiaría todo lo que conocía como verdad absoluta de mi afecto. Mi piel se eriza mientras evoco el momento que al final ha resultado ser tan cierto.
                Regreso en mí, miro por la ventana, pero en realidad no veo nada. Todo alrededor sigue en perpetuo movimiento. El reflejo en el vano me muestra lo que queda de mi; una sombra semejante a  un espasmo, un fantasma de lo que fui a tu lado. Y en mi gris semblante, de éste mi cuerpo presente sentado e inerte, alcanzo a percibir, la intensidad del sentimiento que me cruza como flecha, mientras observo la vida escurrir entre mis manos. En mi rostro, la mirada perdida; la contemplación de encontrarme como un pez fuera del agua, que se va secando de poco en poco.
                Jamás el tiempo me había pesado a tu lado. Solíamos fluir, como desplazándonos en nuestro propio mundo, inmersos en risas y miradas. Nuestro amor era como caudal que corría dentro de una burbuja de cristal que nadie podía reventar. Era absolutamente imposible que el río en el que rebosábamos algún día se pudiera secar. Sin embargo, ahora entre charcos, sola he quedado con mi cola de pez que languidece y se convierte en dos piernas que se niegan a caminar lejos de aquel profundo sentimiento de "eterna" felicidad.  
                De pronto, percibo la humedad que recorre mis mejillas, empapándolas; son las gotas del riachuelo que me niego a abandonar, se derraman por mis ojos. En un intento desesperado, por evitar que se esfumen del todo, las recolecto en un vaso, lo cubro con la organza blanca de mi vestido y me aferro a él entre sollozos. Yo no creía cuando la gente me decía que el amor dolía, y ahora, heme aquí con la agonía torturante que envuelve por completo a mi roto ser.  
                Sólo por momentos pretendo olvidarte, y a veces hasta creo que la razón regresa a mí, como olas que azotan en la playa de mi cordura. Van y vienen como un constante susurro y con una sola certeza me repiten una y otra vez; hoy comienzo mi vida sin ti.
                El tren avanza por las vías de mis recuerdos y me alejo para siempre de la vida que entre ilusiones había construido a tu lado, no porque así lo quiera yo; si no porque es esto lo que tú me has entregado con ganas de no volver; de no volver, quizá jamás...

Yo

Porque en los días de mi vida no soy más que un manojo de sentimientos que se mueve en este mundo bajo la apariencia de un sujeto. Mi verdadero yo, quien vive en lo más profundo de mi curtido cuerpo ayer era júbilo y hoy vuelve a ser melancolía. Ligero y movedizo; solo una certeza me entrega para el porvenir; en este momento para mañana soy... Duda...

martes, 9 de octubre de 2012

Ella


A veces la odio.
Pero frecuentemente la amo.
Hay momentos en que me abraza;
pero sin más, de repente me golpea en la cara,
o por la espalda.
No sé si soy valiente por quedarme,
o simplemente muy cobarde para dejarla,
a fin de cuentas sigo aquí...
Aceptando lo que me entrega,
recorriendo los caminos con ella.
Porque sé que algún día,
será ella quien se canse de mi
y se alejará,
desvaneciéndose,
cuando la exhale en el último aliento; mi vida...

Paz


Dame bandera blanca;
Lléname de ti,
aquieta las voces de mis pensamientos.
Otórgame un momento de serenidad,
llévame hasta tu tierra;
hazme de ella,
regálame tu patria.

Dame bandera blanca,
que la brisa la pueda agitar con calma.
Y te prometo llevarla como emblema;
Le podré por nombre amistad,
la cuidaré como mi propia esencia,
me conduciré y me vestiré con ella.

Albino estandarte de pronta quietud,
concédele a mi alma el reposo y bienestar añorado;
mi nación,
mi país de sosiego.
Mi bandera blanca...

Nogal de mis memorias


Tomo de mis piernas la fuerza,
de mis manos, la gracia;
de mi mente, la evocación;
de mi, la capacidad de deleitarme
y de ti, un solo instante.
Lo incorporo en una cuenco,
obtengo un recuerdo,
lo cuelgo en mi árbol
y sigo caminando...