martes, 19 de marzo de 2013

Mi columna

Mi familia es un caso digno de estudio sociológico, científico y a veces criminal. Siempre lo he dicho y no hay nada mas cercano de la realidad.
Todo comenzó cuando un hombre atormentado de cariño decidió obtener a la mujer de sus sueños y se lanzo al precipicio del amor sin importarle absolutamente nada mas que el sonoro - y algo estruendoso, diría yo- sonido de su corazón. Resulta que este pobre hombre es mi papá y esa mujer de bravo carácter es mi mamá. La verdad es que no puedo imaginarlos a uno sin el otro, ni con otras personas que no sean ellos. Y no es que vivan en un paraíso, pero se podría decir que si viven en una nube; la cual a veces es mas tormenta que algodón de azúcar, pero al final flotan a su propio ritmo, chocando y rebotando por ahí.
De la unión de esta singular pareja aparecieron tres cochinitos. La mayor esta un poco loca, la segunda es la neta del planeta y el tercero, bueno, el tercero si tiene muchos problemas muy graves que no trataremos por este medio por el respeto que le tenemos -y el amor también...
El chiste es que de esas nubes caóticas que suelen hacer tormenta casi todo el tiempo salimos tres nubecitas muy simpáticas que, si bien la verdad también nos gusta hacer rayitos y centellas casi siempre, es el amor apache que conocemos y nos tenemos (el cual a decir verdad me encanta). Pues no habremos nada mas sincero, mas honesto y mas molesto que nosotros platicando de nuestras verdades.
Pero todo esto solo tenia un propósito (y es que ya estoy divagando) ¡Amo a mi familia! Yo se que a veces podemos asustar a los forasteros, -incluso a veces nos asustamos a nosotros mismos-, también estoy segura de que con nuestra relación familiar hemos logrado ahuyentar vari@s prospect@s (solo uno se quedo y la verdad es que dudo de su salud mental). ¡Pero me encanta mi familia! Me encanta el hecho de saber que no importa donde este y que haga, hay cuatro personas que están ahí para darme la mano cuando necesito de su ayuda, que me dan consejos (aun cuando no los pida), que me conocen tal y como soy. Un cuarteto de personas con quien no tengo que pretender nada.
Por eso te digo; si algún día te doy un poco de remota curiosidad habla con cualquiera de ellos y seguramente te expondrán cualquier detalle por mas sucio, gracioso y honesto que sea. En mi familia no hay ni máscaras, ni pelos en la lengua; lo único que hay son tormentas y algo de azúcar.
¡Los amo familia!

No hay comentarios:

Publicar un comentario